El lago de Atitlán

En las tierras altas de Guatemala, más de 3 000 m sobre el nivel del mar, se encuentra fabulosamente hermoso lago de Atitlán. Los geólogos dicen que hace 15 millones de años tres volcanes aparecieron aquí – Atitlán, San Pedro y Tolimán. Hace unos 100 mil años, durante la erupción de uno de ellos, un lago de montaña surgió. La erupción fue tan poderosa que destruyó toda la vida en la zona donde hoy es Guatemala.

Desde hace mucho tiempo las costas de este milagro de la naturaleza estaban habitadas por las tribus indígenas, que llevaban la ropa brillante. La cultura de ellos difería de la del resto de los indígenas de Guatemala. Los habitantes de las costas de Atitlán especialmente respetaron a Cabrakán – la diosa de los terremotos que podría desarraigar los bosques, subir las ciudades al aire, sacar el fuego para encender el suelo. Cada tribu del lago, y no eran pocos, vestía sus colores de ropa. Se extienden de azul intenso a carmesí.

Atitlán es el lago más profundo de América Central, que alcanza 340 m de profundidad.

Una hermosa leyenda sobre la mestiza de origen humilde, quien se enamoró de un joven de una familia noble, tiene relación con el lago. Para hechizar al joven, la chica tuvo que ir a la cama con el traje masculino de "hombre pío" por siete noches. Los jóvenes elegidos vestían de estos trajes en el día de Santa Carmen. Por siete noches la ropa masculina estaba impregnada del sudor de la chica. Antes de dar su traje a su querido, ella tenía que ver a sí misma de cuerpo entero en el espejo. Pero la mestiza no tenía tan espejo. En la noche antes de la fiesta ella llevó el traje destinado para el joven noble y fue al lago a mirar en su espejo liso. La chica subió a gleba de basalto cerca de la orilla, pero no pudo mantenerse. La pobrecita se ahogó. Y ahora, cuando está lloviendo la luna llena brilla, la difunta aparece en el espejo del lago. Los lugareños dicen que todo es la verdad.