Iquitos

Iquitos no tiene la historia tan antigua como, por ejemplo, Lima o Arequipa. No desarrollaron las civilizaciones indígenas aquí, y los residentes únicos de la selva fueron y siguen siendo las tribus locales de yaguas y boras, cuyo desarrollo se ha detenido en el sistema comunal primitivo. Antes de inicio de la colonización de Perú estos lugares eran salvajes e inexplorados. Sus primeros visitantes fueron los hidalgos españoles en el siglo XVI. Sin embargo, el propósito de su visita no era un deseo de asimilar estas tierras. Según una leyenda antigua, aquí se encontraban los grandes tesoros de El Dorado, el sueño de muchos.

Más tarde los monjes jesuitas aparecieron en esta zona. Ellos deseaban instaurar el catolicismo a los indígenas locales. Y en 1757ellos fundaron la ciudad, que servía como la misión católica. Con su aparición aquí el puerto fue construido, el primer en Amazonia. El auge y el rápido desarrollo de Iquitos pasaron en el siglo XIX, cuando las empresas de la industria del caucho y la refinación de petróleo fueron abiertas. La población de la ciudad en poco tiempo se dividió en los magnates más ricos, los propietarios de las industrias, y los pobres, que trabajaban para ellos. De hecho, esa división es notable aquí hasta hoy.

Se puede iniciar la panorámica de Iquitos de la plaza principal, donde se encuentra la Casa de Hierro, construida en 1887 y hoy mundialmente famosa. Ella pertenecía a un millonario local del caucho Anselmo del Águila, quien ordenó su ingeniería a Eiffel. No menos sorprendentes por su lujo son las casas de otros ricos de era del caucho. Sin escatimar dinero para sus mansiones, ellos les decoraban con mármol de Italia y azulejos de Portugal. El terraplén de la ciudad Tarapacá es muy pintoresco, también es de la época del auge del caucho. Desde su posición elevada la vista magnífica de la Amazonia y del puerto local, que desde los tiempos de los misioneros guardó el nombre bíblico de Belén, se abre.

Los más famosos lugares de interés cultural de Iquitos son el Museo Amazónica y la Galería de Arte del artista local César Calvo de Araujo, que representaba principalmente la naturaleza nativa y sus compatriotas. También vale la pena visitar el distrito de Belém, el único por lo que durante la temporada de lluvias, cuando el área se llena de agua, cada una de las casas del asentamiento deriva en la balsa separada. Este distrito es un ejemplo clásico la aldea indígena. Incluso tiene su propio mercado, donde, junto con las verduras y frutas locales y pescado de Amazonas se venden las mercancías exóticas. Por ejemplo, usted puede comprar aquí los dientes de piraña o rana seca, pues, todo el surtido del chamán de la tribu. Al mismo tiempo en el mercado se venden las medicinas verdaderas. Son tinturas de hierbas y pociones que ayudan en el tratamiento de muchas enfermedades.